Documentos de Investigación
http://repositorio.isalud.edu.ar/xmlui/handle/123456789/505
2024-03-28T08:48:18ZPolíticas y estrategias de adquisición de medicamentos esenciales: Un análisis sistematizado de modelos y experiencias clave en América Latina
http://repositorio.isalud.edu.ar/xmlui/handle/123456789/632
Políticas y estrategias de adquisición de medicamentos esenciales: Un análisis sistematizado de modelos y experiencias clave en América Latina
Puente, Catalina de la; Tobar, Federico; Stamponi Rallis, Ana Sofía
Durante la década de los 90, y precisamente a causa de las políticas neoliberales implementadas en ella, surge con mayor frecuencia y vehemencia la discusión sobre equidad, o más bien sobre inequidad (consecuencia del sistema de mercado, que no resuelve el problema de todos aquellos bienes que presentan fallas), que fue el problema que se presentaba entonces y cuyas consecuencias persisten aún en nuestros días. Estas discusiones sobre la definición de equidad se han enriquecido notablemente en los últimos tiempos, y existe un consenso paulatino respecto de lo que se entiende como equidad en salud y equidad social. Sin embargo, y con independencia de la definición de equidad adoptada hay un hecho claro, el concepto de equidad se vincula al concepto de justicia social. Entonces, desde una visión simple, todo se reduce a la pregunta: ¿Es justo? Por diferentes que sean los pensamientos o comportamientos de las personas que comparten una misma cultura, existe acuerdo en la visión de una situación dada: nadie podría afirmar que es justo que un niño muera de una enfermedad de causas prevenibles, y todos estarían de acuerdo en que el Estado financie la intervención en ese tipo de enfermedades. Sin embargo, si nos preguntamos si es justo que el Estado financie una intervención quirúrgica costosa con un 5% de probabilidad de sobrevida, ya no todas las personas estarían de acuerdo. El principal desacuerdo en este último caso se genera en la asignación de recursos escasos, ya que entre los que están en desacuerdo se analiza la cantidad de otro tipo de intervenciones que el Estado podría aplicar para salvar más vidas o mejorar la calidad de vida de muchas personas en detrimento de una, se analiza el costo de oportunidad de esa intervención y muchos ya no estarían de acuerdo en que sea justo, en que sea equitativo comparado con el beneficio potencial de ser asignado a otro tipo de atención de la salud. Sin embargo, y a pesar de estas diferencias intrínsecas al campo de la salud, existe cada vez mayor aceptación en que la salud es el elemento más importante en la vida de una persona, sin ella es prácticamente inadmisible desarrollar en forma completa cualquier otro tipo de actividad. Por esta razón, asegurar la equidad en salud es la puerta que permite que equidades en otros campos sean posibles. En palabras de Sen “la salud es una de las condiciones más importantes de la vida humana y un componente fundamental de las posibilidades humanas que tenemos motivos para valorar. Ninguna concepción de la justicia social que acepte la necesidad de una distribución equitativa y de una formación eficiente de las posibilidades humanas puede ignorar el papel de la salud en la vida humana y en las oportunidades de las personas para alcanzar una vida sana, sin enfermedades y sufrimientos evitables ni mortalidad prematura. La equidad en la realización y distribución de la salud queda así incorporada y formando parte integral de un concepto más amplio de la justicia.” Es por ello que asegurando la equidad en salud se abre la posibilidad de que exista equidad en otros campos, dado que sin salud sería difícil desarrollar, por ejemplo, el máximo potencial educativo, social o laboral y por ende no permitiría la plena capacidad adquisitiva a la que se podría aspirar. En otras palabras, La plenitud en el estado de salud logra, en el ideal, generar equidad de acceso a los otros campos que permiten el desarrollo completo de la calidad de vida de una persona. Si bien es evidente la importancia de la salud en el desarrollo de la plena capacidad de una persona, y también la relevancia de asegurar a todas las personas la misma oportunidad para que ese pleno desarrollo se realice, no lo es, el cómo hacerlo. En tiempos recientes, se ha buscado la respuesta a la pregunta de cómo lograr dar a todas las personas las mismas oportunidades para que desarrollen su pleno potencial, y ha surgido la necesidad de intercambiar experiencias entre los países que han logrado un avance, grande o pequeño, en este campo. Para ello, se ha tendido a expandir el concepto de equidad y se está utilizando el de cohesión social, como un término más abarcativo que incluye a la equidad pero que particularmente involucra a la comunidad como un todo en su complejo tejido social, considerando los aspectos de pertenencia y ciudadanía, y los de lucha contra la pobreza, la desigualdad y la exclusión social. El concepto de cohesión social, en América Latina surge, precisamente, como respuesta a los problemas de pobreza extrema, alta concentración de la riqueza, enormes desigualdades y cuestiones de discriminación y exclusión social. Esto se hace manifiesto “Desde la III Cumbre entre la Unión Europea y América Latina/Caribe, celebrada en Guadalajara (México) en mayo de 2004, y con la adopción y consiguiente aplicación del programa EUROsociAL, la cohesión social ha pasado a ser un punto esencial de la cooperación dentro de la asociación UE-ALC”. La definición del concepto de “cohesión social” es relativamente nueva, y en la actualidad existe un fuerte debate respecto de los alcances de su definición. Sin embargo, para limitar o acotar el marco teórico de manera que resulte práctico para su aplicación, se ha limitado el concepto al análisis desarrollado en abril de 2007, en Buenos Aires, donde se realizó un Taller Metodológico del Programa de EUROSOCIAL para la cohesión Social en Latinoamérica, que enmarcan claramente la definición desde diferentes perspectivas. Desde un punto de vista socio-cultural, es definida como: “la capacidad de una sociedad para asegurar el bienestar de todos sus miembros, minimizando las disparidades y evitando la polarización. Una sociedad cohesionada es una comunidad de individuos libres que se apoyan mutuamente para perseguir estos objetivos comunes a través de medios democráticos.” Desde un punto de vista instrumental: “En el contexto de la globalización, la promoción de la cohesión social tiene por objetivo construir sociedades más solidarias, que ofrezcan oportunidades reales a todos (incluidos los más desfavorecidos) de acceder a los derechos fundamentales y al empleo, de beneficiarse del crecimiento económico y del progreso social (…) La promoción de la cohesión social es esencial para luchar contra la pobreza y la desigualdad. Es también indisociable de la consolidación de la democracia, de una economía eficaz y de un empleo digno para todos.” Existen otras perspectivas de la cohesión social que le da identidad. como la socio-económica, que se focaliza en la existencia de mecanismos de redistribución, de promoción de la equidad y de protección de los grupos menos favorecidos; la socio-política, que busca el logro de consensos políticos; la socio-institucional, que necesita la presencia de instituciones públicas y privadas legítimas y reconocidas para gestionar el conflicto de divisiones étnicas, religiosas, de género, sociales o políticas de manera eficaz, y la socio-cultural, que requiere individuos que se impliquen en la gestión de los asuntos públicos y hagan ejercicio de ciudadanía, favoreciendo el diálogo, la solidaridad, la tolerancia y el respeto a las diferencias, evitando el desencanto y la apatía. Considerando lo anterior, se ha adoptado el concepto de Cohesión Social establecido en el marco del Programa de EUROSOCIAL que la define como “...es un atributo de las sociedades democráticas, que tiene como resultado la formación de un tejido social y la vertebración de las distintas comunidades y grupos de un país”. “Lo anterior permite comprender la relevancia de políticas que apuntalen una cohesión social basada en valores democráticos. Más allá de su indudable relevancia ética en razón de la equidad, esta también es relevante para determinar la solidez del Estado de derecho, del orden social democrático y de la gobernabilidad. Sin embargo, el uso del concepto dista de ser riguroso: más bien, es un objetivo u horizonte político que se asocia indistintamente con diversos y abigarrados aspectos del desarrollo social que, según se afirma, contribuyen a su logro o lo obstaculizan”
2007-01-01T00:00:00ZEl peso de la obesidad: Una revisión sobre el impacto socio económico y algunas aplicaciones para Argentina
http://repositorio.isalud.edu.ar/xmlui/handle/123456789/631
El peso de la obesidad: Una revisión sobre el impacto socio económico y algunas aplicaciones para Argentina
Tarragona, Sonia; Caporale, Joaquín; Pippo Briant, Tomás
La identificación y el diagnóstico de la obesidad se pueden realizar de diversas maneras, pero la más utilizada en la práctica clínica es mediante la clasificación provista por la OMS, construida a partir del Índice de Masa Corporal (IMC). Sin embargo, dicha clasificación no está exenta de críticas pues se le advierte la no inclusión de algunas dimensiones relevantes tales como la edad, el género y las diferencias étnicas y epidemiológicas entre países, además de no contemplar la distribución de la grasa corporal. De acuerdo a esta clasificación y utilizando la base de datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) realizada por el Ministerio de Salud de la Nación en el año 2005 , se verifica que el 16% de la población adulta argentina es obesa y el 34% presenta sobrepeso. Asimismo, el 5% de la población adulta de nuestro país presenta obesidad clase 2 y 3 (severa a muy severa), siendo las mujeres las más afectadas en ambos grupos. Luego, poco más del 11% detenta obesidad clase 1 teniendo esta vez los hombres mayor participación que las mujeres. Estas figuras se replican entre la población adulta con sobrepeso. En relación a la distribución etárea, el 54% y el 62% de la población adulta con sobrepeso y obesidad, respectivamente tiene entre 35 y 64 años de edad. Esta condición es considerada como un factor de riesgo en el desarrollo de muchas enfermedades; entre ellas la enfermedad cardiovascular, diversos tipos de cáncer, problemas respiratorios, diabetes tipo 2 y artritis. En función de los distintos grados de asociación con estas y otras condiciones, la concepción actual de la obesidad ha
ido virando hacia la heterogeneidad. Es decir, puede interpretarse como un factor de riesgo y también como una enfermedad severa en el caso de su clasificación mórbida y en algunos casos especiales de asociación con otras enfermedades. En el afán de encontrar los determinantes de la obesidad, numerosos autores coinciden que este estado particular de salud es el resultado de un gran número de factores; entre ellos biológicos, de comportamiento, culturales, sociales, de medio ambiente, económicos y de complejas relaciones entre los mismos. Sin embargo, este consenso no resulta tan evidente en la determinación del sentido y la magnitud en que participan cada uno de éstos.
2007-01-01T00:00:00ZDesarrollo de una nueva metodología para la medición y valoración de prestaciones sanitarias: las Unidades de Esfuerzo Relativo (UER). Antecedentes teóricos y su factibilidad de aplicación empírico–práctica, en el contexto de ponderación cuali-cuantitativa de valoración de bienes y servicios sanitarios en Argentina
http://repositorio.isalud.edu.ar/xmlui/handle/123456789/630
Desarrollo de una nueva metodología para la medición y valoración de prestaciones sanitarias: las Unidades de Esfuerzo Relativo (UER). Antecedentes teóricos y su factibilidad de aplicación empírico–práctica, en el contexto de ponderación cuali-cuantitativa de valoración de bienes y servicios sanitarios en Argentina
Morgenstern, Martín; Pereiro, Ana; Insúa, Mónica; Breibart, Gustavo; Altuna, Juan
El contexto internacional, signado por diferentes tipologías de Sistemas de Salud, y una consecuente estructuración de formas organizacionales diversas para la producción y entrega de servicios, ha requerido, especialmente en los Sistemas Sanitarios Mixtos o Fragmentarios, de determinados mecanismos de aplicación práctica para la ponderación y valoración económica de las distintas prestaciones brindadas. Dependiendo de estas diferentes formas organizacionales y sus estructuras emergentes, en las cuales existen efectores, más o menos independientes, ha sido menester la construcción de nomencladores de prácticas, valorizados para los diferentes aseguradores/financiadores o terceros pagadores, y generalmente en una menor escala, para las prácticas brindadas a pacientes en forma privada. Esto ha sido válido tanto para prácticas médicas clínicas, quirúrgicas y especializadas (oncológicas, de diagnóstico, obstétricas, etc.), como así también para otras prestaciones como las odontológicas, las bioquímicas, las de kinesiología o de enfermería. De algún modo emparentados entre todos ellos, los mecanismos e instrumentos actuales, difundidos internacionalmente, poseen ciertas raíces comunes en los Modelos de Resource Based Relative Value Scale ( RBRV’s) o Relative Value Units (RVUs) desarrollados durante los años ‘80 en un esfuerzo inicial conjunto de la Universidad de Harvard y la Asociación Médica de los Estados Unidos (AMA).
Estos esfuerzos iniciales han ido adaptándose en diferentes países, adquiriendo nuevas formas, estructuras y nombres, con el objeto de resolver cuestiones esenciales vinculadas a la valoración más acertada y efectiva para cada práctica prestacional. En el caso de los EE.UU., el Current Procedure Terminology Book (CPT), o Nomenclador de procedimientos prestacionales, codifica aproximadamente 8.000 prácticas que son anualmente revisadas y modificadas por un panel editorial. Con anterioridad a 1992, el sistema de cobertura para la tercera edad (Medicare) retribuía a los médicos por sus prestaciones y servicios descriptos en el CPT sobre la base de escalas de honorarios. A partir de 1992, el Gobierno Federal en un intento por estandarizar los pagos efectuados a los médicos, adoptó la Resource – Based Relative Value Scale, o Escala de Valor Relativo Basada en Recursos. Esta escala asigna un valor a cada código del CPT, y una RVUs equivalente. La selección del CPT correspondiente es efectuada sobre la base del trabajo médico necesario, desarrollado y debidamente documentado, en el proceso de atención al paciente. La creación y seguimiento de estos códigos (CPT y RVUs) no ha sido solo responsabilidad del Gobierno Federal de los EE.UU., sino que se ha involucrado en dichas tareas a los representantes de la Asociación Médica Americana (AMA), conformando un Panel Editorial compuesto por 16 miembros, 12 de los cuales son nominados por la propia AMA. Se debe tomar en consideración que los valores de RVUs han tenido actualizaciones anuales y que cada iteración de la fórmula RVUs, posee implicancias sustantivas en la fijación real de pagos a los médicos. En el contexto del particular espectro prestacional de la República Argentina, durante el transcurso de los años 2005 y 2006 nuestro equipo desarrolló un conjunto de estudios de costos prestacionales, con el objeto de evaluar la composición y variación de los distintos factores que integran las funciones de producción para servicios de salud, con diferentes composiciones tecnológicas y prestacionales. La disparidad de precios observada en el mercado, contrastada con aquellos surgidos mediante la evaluación de costos de factores, constituyó un objetivo central debido a las implicancias económicas y prestacionales del conjunto de estas variables. En virtud de estos estudios, fue posible discernir la composición y variación de las prácticas médicas que conforman una parte del universo de prestaciones
brindadas con algún sustento de Medicina Basada en Evidencia, detectando
distancias significativas entre precios de nomencladores, su distribución y los
costos reales observados. Estos elementos, constituyen razones de por sí
suficientes (además de cierta desactualización indicativa prestacional) para encarar esfuerzos multidisciplinarios tendientes a la actualización de los Nomencladores de todas estas prestaciones esenciales. Resumiendo, estas distancias significativas observadas pueden ser clasificadas en cuatro conjuntos diferentes de información relevante, los cuales deberían estar de algún modo más cercanamente alineados:
1. Los avances del conocimiento biomédico
2. Las prácticas indicadas y efectuadas
3. El cúmulo de prácticas listadas en un Nomenclador Nacional de Prestaciones
4. Los costos y aranceles de aplicación, sugeridos para cada una de estas prácticas y sus eventuales sustentos técnico – económicos
Estas circunstancias, y particularmente el último aspecto vinculado a los mecanismos de valuación de cada práctica en particular, nos llevaron entonces a la necesidad de identificar y evaluar los Modelos empíricos utilizados, nacional e internacionalmente, para este objeto. El análisis pormenorizado de las teorías de sustento a estos Modelos Instrumentales, como precondición lógica para evaluar su posible aplicación práctica al contexto argentino, dio lugar a la identificación de un conjunto de restricciones metodológicas, cuya profundización en este estudio, los ha transformado en puntos críticos de alcance general respecto de las teorías prevalecientes. No resultando suficiente con señalar estas diferencias substantivas, y en el entendimiento de que toda investigación con ambición de contribución al conocimiento científico debe, al menos, proponer síntesis o mecanismos superadores de las dificultades observadas; se proponen cambios mayores a estos instrumentos, generando en consecuencia una estructura teórica alternativa de sustento, como precondición necesaria para impulsar el desarrollo de nuevos modelos y metodologías que permitan vencer las limitaciones observadas. Sobre la base de metodologías biomédicas y económicas este estudio propone, desarrollar un nuevo conjunto de proposiciones de sustento teórico, generando en consecuencia, nuevos Modelos Instrumentales de aplicación práctica para la valuación de prácticas sanitarias.
Estas herramientas pueden considerarse válidas para desarrollar valuaciones empíricas de prácticas biomédicas, a ser listadas en un determinado Nomenclador Prestacional (aplicación macro), pero también para valuar la productividad agregada de la utilización de recursos de una determinada estructura prestacional (aplicación micro). A priori, la investigación propuesta en esta primera etapa parte entonces de la revisión crítica de estos antecedentes y desarrollos teóricos existentes en la esfera internacional, contemplando una contribución al avance del conocimiento alcanzado en la construcción de estos modelos teóricos de aplicación práctica, consecuentes con el objeto. En síntesis, el objetivo de este proyecto de investigación propone no solo revisar los sustentos teóricos de estos mecanismos de valoración utilizados en muchos países, sino complementar o sustituir ciertos aspectos teóricos y desarrollar nuevos instrumentos prácticos requeridos para una efectiva aplicación en un contexto geográfico y cultural como el de nuestro país, signado por la diversidad y heterogeneidad tanto tecnológica, como en las prácticas médicas.
2007-01-01T00:00:00ZAcerca de los cambios en las prácticas de enseñanza en contexto de virtualización de emergencia en la Carrera de Psicología (primeros tres años) y su comparación con el primer ciclo de la Licenciatura de Enfermería
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Acerca de los cambios en las prácticas de enseñanza en contexto de virtualización de emergencia en la Carrera de Psicología (primeros tres años) y su comparación con el primer ciclo de la Licenciatura de Enfermería
Agullo, Marcela Fabiana; Sabelli, María José; Báez, Luján; Bonifacio, Ayelén; Ferrarelli, Mariana; Fracassi Ravier, Andrea; Gagniere, Gustavo; Miyar, Rogelio; Ornique, Mariana; Savoi, Jorgelina; Silva, Eva; Wozniak, Maricel
Lxs investigadores que integramos el equipo de investigación somos docentes de la Licenciatura en Enfermería y del Profesorado Universitario de la Universidad ISALUD, así como alumnxs y/o egresadxs de dicho profesorado.
Esta comunicación se estructura en dos partes: las denominaremos lado A y lado B de la investigación El lado A representa lo que habitualmente se muestra de las investigaciones: el lado epistemológico, estratégico y técnico, en términos de lo que se presenta a la comunidad académica. Aborda el proceso de investigación, sus objetivos, metodología, marco teórico y resultados de la misma. En cambio, el lado B es un aspecto que no suele tener visibilidad, pero resulta sumamente importante para analizar la conformación de grupos de investigación. Busca visibilizar aspectos que no suelen plantearse en la comunicación de los resultados de los procesos de investigación: los aprendizajes realizados como investigadores, las creencias revisadas sobre el propio proceso de investigación, las tensiones que se presentaron al investigar, etc.
Se pone a disposición un artículo de la Revista ISALUD.
2022-01-01T00:00:00Z