El deporte y sus efectos en la discapacidad
Abstract
Con este estudio se propuso identificar el efecto del deporte adaptado, en la esfera biopsicosocial de las personas con discapacidad física. La metodología utilizada para registrar la información, se realizó a través del estudio de campo en las instalaciones deportivas del Servicio Nacional de Rehabilitación. La población objetivo fueron 62 hombres y mujeres con discapacidad física equipados con silla de ruedas como apoyo para su movilidad, cuyas edades se delimitaban entre 18 y 75 años. Los mismos participaban de deportes como básquet, tenis de mesa, quadrugby, y natación, siendo su condición de salud secuela de amputaciones, espina bífida, lesiones medulares y poliomielitis; y 5 profesores a cargo de las actividades deportivas. Las dimensiones del estudio analizadas permitieron identificar los efectos de la práctica en su calidad de vida, los beneficios percibidos en su estado relacionado con su salud, el aporte del deporte adaptado como un factor dinámico de la discapacidad que favoreció su inclusión social, potenció sus funciones neuromusculoesqueléticas y relacionadas con el movimiento y benefició la participación en su vida laboral, social y afectiva. Conclusiones: Las respuestas de los profesores entrevistados coinciden con los resultados de las encuestas. Refieren un alto efecto positivo en el aspecto biopsicosocial de las personas con discapacidad física, una desigual adhesión al deporte del género femenino y un mayor compromiso con la actividad de las personas con antecedentes deportivos y de los becados deportivamente. Con respecto a la motivación, (información aportada por la Escala de Motivación Deportiva (EMD)), ésta se encuadra dentro de los factores personales de la Clasificación internacional de la Funcionalidad (CIF), los motivos por los que las personas con discapacidad física realizan deporte, se orientan hacia el placer que les genera la actividad y ser parte de un equipo, a la auto superación reflejada en mejorar puntos débiles y al cuidado de la imagen corporal, no al estímulo de un premio o recompensa. Los hombres se presentan más motivados que las mujeres por estas razones. La práctica deportiva aporta a las personas con discapacidad física una sensación de bienestar, fortalece su autoestima, brinda mayor independencia, oportunidades de sociabilización y de autoexpresión a través de su participación social, les aporta información sobre los derechos de la discapacidad. Incentiva la auto superación, brinda confianza a través del desarrollo de habilidades motrices que le permiten desenvolverse con mayor autonomía perfeccionando sus movimientos funcionales, lo que les permite sortear más fácilmente, con su silla de ruedas las barreras arquitectónicas existentes, y utilizar transporte público. Favoreció las cualidades físicas en mayor medida en las personas con espina bífida y lesión medular pero alivió mínimamente los dolores musculares y articulares. El deporte promueve viajes, favorece la interacción social facilitándole una vida de relación mas amplia , favorece la sexualidad, y la posibilidad de conocer gente nueva. Consistentemente en la población evaluada, las personas con acceso a la oferta deportiva pertenecen al estrato social medio. Los programas de actividad física, prácticas del deporte y recreación para personas con discapacidad, como estrategia de desarrollo personal y de integración social parecieran ser accesibles excluyentemente para este sector social como piso de calificación social. El deporte incentiva mínimamente a la capacitación contínua y culminación de estudios. Las personas con discapacidad deben ocuparse de su salud, de los traslados, deben tener flexibilidad de horarios, etc. Estas causas dificultan proseguir con el estudio, al igual que una jornada laboral extensa. El deporte de competencia, no acerca a la familia de la persona con discapacidad. Se evidencia una menor participación de la mujer en el deporte competitivo y recreativo. Los incentivos existentes no son suficientes ni colaboran con su inclusión, restringiendo su participación. Si bien, el estado ha demostrado en estos últimos años, un sinnúmero de políticas en favor de las personas con discapacidad, y las políticas sociales resultan de la modernización de los modelos de la discapacidad, la propuesta deportiva pareciera haber avanzado en el modelo rehabilitador, no teniendo el mismo desarrollo la etapa evolutiva en el modelo social. Si bien queda demostrado que los beneficios en este colectivo son muchos, se debe profundizar la propuesta, para que esté alineada con los principios de equidad que busca la propuesta sanitaria. Las profesiones denominadas de colaboración, como la terapia ocupacional y kinesiología, que tuvieron su auge en los años sesenta, y que han demostrado un crecimiento notable al día de hoy, gozan del respaldo científico de la medicina, pero aún quedan subordinadas con una posición jerárquica y valoración social menor. Un buen respaldo a su misión sería contar con el apoyo del cuerpo médico en lo concerniente a la terapéutica específica de rehabilitación, que brindan a este colectivo, extensiva a la rehabilitación a través del deporte, fomentando la incursión de estos profesionales en los planteles deportivos. Este apoyo debe ser transversal a todas las instituciones, comprometiéndolas a alinearse con los objetivos que promueve la OMS