Impacto en el gasto y grado de cobertura de las enfermedades catastróficas: enfermedades de alto costo en la Obra Social de la Provincia de Río Negro (I.Pro.S.S.)
Abstract
Las enfermedades catastróficas/alto costo tiene un importante problema para los sistemas
de salud en tanto el 1% de la población concentra entre el 25% y el 30% de gasto
ejecutado de dicho sistema.
La población con este grupo de enfermedades tiene necesidades que, en general, requieren
alta demanda, lo que incentiva un modelo prestacional de oferta con alta incorporación
tecnológica, con lógicas de rendimiento de inversión en capital-financiero y no con lógicas de
ganancias sanitarias.
El modelo sanitario de Argentina está conformado por diferentes tendencias que conviven en
una red de complejidades extrema, que lo hace fragmentado y segmentado, y desarrolló
respuestas a la cobertura de este tipo de enfermedades iguales de fragmentadas y
segmentadas, generando mayor ineficacia, ineficiencia y sobre todo inequidad.
El caso de análisis, la obra social de la Provincia de Río Negro
(Instituto Provincial de
Seguridad Social), incorporada dentro de estos modelos y tendencias mundial y nacional, ha
replicado una forma de respuesta al problema sin planificación sustentable, es decir, un
modelo compuesto por un conjunto de diferentes tendencias, lo que ha provocado una
cobertura de la salud sin priorización; de características “todo lo legítimo para aquello que lo
demanden”. Esta lógica libera el uso y la implementación de “tecnologías”, obteniéndose
como resultado una baja eficiencia global con incremento de costos
(Marracino 1998
)
quedando la salud como un bien de consumo a merced del mercado, con una asignación del
uso y el gasto determinada por la ley de la oferta y demanda con las consecuentes fallas que
esto impone.
Cuando existen discursos y evidencias sobre la importancia y el mejor costo-efectividad del
primer nivel pero, de hecho, se sigue traccionando el gasto y las organizaciones
(administraciones, gestiones y prestadoras) hacia la cobertura del grupo de enfermedades
de alto costo, es decir, segundo y tercer nivel, se hace necesario actuar en “doble pinza”,
esto es, planificar gestiones que establezcan e incentiven las acciones de primer nivel de alto
costo efectividad y que regulen o en términos de ATLS en la C del ABC, primero presione con
el dedo en la pérdida de sangre para evitar un shock irreversible”, en las enfermedades de
alto costo/catastróficas. Esto, siguiendo la alegoría, desangrará al sistema ya que cada vez
tiene más cantidad de este tipo de enfermedades, por la eficacia y efectividad de los
tratamientos aplicados para este tipo de enfermedades y por el envejecimiento poblacional.
El continuo soslayo, o intento de ignorar el problema de fondo de los diferentes sistemas de
salud, ha creado un gasto que se expande ante el incremento desmedido de necesidades de
salud con una evidente limitación para responder y, que con un sesgo de voluntarismo, se
ilusionan que podría ser resuelto con aumento de los recursos, mejoras en la gestión,
establecimiento de copagos para evitar el abuso y el despilfarro, entre otras medidas que los
diferentes sistemas buscan.