La reforma psiquiátrica en Brasil: tres experiencias locales
Fecha
2012-06Autor
Barrionuevo, H. Hugo
Bauza, Gastón
Benmuyal, Leonor
Cavarra, María Jimena
Conte, Carlos A.
Fraschina, Olga
Julián, María Cristina
López, Beatriz
Murdoca, Liliana
Palmieri, Carlos
Reina, María
Rey, Patricio
Wischnevsky, Rubén
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítemResumen
Todos los países del mundo enfrentan problemas psicosociales y psiquiátricos cuyo abordaje involucra acciones de diversa índole y su ejecución requiere un fuerte compromiso tanto de los sectores sanitarios y
sociales como económicos y políticos.
Para aproximarnos a la magnitud del problema basta observar algunos datos sobre la prevalencia y la carga que representan distintos
grupos de trastornos mentales. Se estima que en el mundo existen
más de 300 millones de personas que padecen trastornos afectivos,
32 millones de personas con retraso mental, más de 40 millones de
personas afectadas de esquizofrenia y otras 29 millones padecen
distintas formas de demencia. Con respecto al uso de sustancias
psicoactivas, se estima por ejemplo que hay más de 400 millones de
personas con dependencia del alcohol (OMS, 2001).
Cuando se trata de la discapacidad o invalidez que resulta de todas
las enfermedades crónicas, los trastornos afectivos, el retardo mental, la epilepsia, la demencia y la esquizofrenia se encuentran entre
las 10 primeras causas de discapacidad, es decir la mitad de los
grupos diagnósticos (OMS, 2004).
El Banco Mundial, en colaboración con la Organización Mundial de la
Salud, ha calculado que los trastornos mentales representan una de las
mayores causas de años de vida sana perdidos, siendo responsables del
8.1% de esa pérdida. Para valorar esta magnitud podemos compararla,
por ejemplo, con los distintos tipos de cáncer, los cuales en su conjunto
representan el 5.8% de esta carga de morbilidad (OMS, 2005).