La Universidad Isalud como universidad saludable: detección de factores de riesgo para enfermedades crónicas no transmisibles en alumnos
Resumen
La Carta de Ottawa (1986) define a la promoción de la salud manifestando que “la salud es construida y vivida por las personas en su
ambiente cotidiano, donde ellas trabajan, aprenden, juegan y aman”.
En este sentido, si una universidad asume el desafío de ser promotora de la salud, debe entonces conocer, comprender, apoyar y
fortalecer los estilos de vida saludables para cada uno de los grupos
de esa comunidad.1
Una universidad saludable es “aquella que incorpora la promoción de
la salud a su proyecto con el fin de propiciar el desarrollo humano y
mejorar la calidad de vida de quienes allí estudian o trabajan, y así
influir en entornos laborales y sociales”.2
La vida universitaria produce cambios en el estilo de vida tendientes
a aumentar los factores de riesgo (FR) para enfermedades crónicas
no transmisibles (ECNT). Se han realizado varios estudios en universidades de diferentes países que dan cuenta de ésta situación,
al mismo tiempo que se han implementado estrategias de intervención apropiadas según los resultados de lo evaluado. Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), la carga de enfermedad
y mortalidad atribuidas a ENCT está en aumento. Se ha estimado
que en el año 2001 aproximadamente el 60% de las muertes en el
mundo y el 46% de la carga de enfermedad -o morbilidad- se deben
a estas patologías, donde casi el 50% de las muertes se deben a
enfermedad cardiovascular. Se ha proyectado que para el 2020, las
ENCT explicarán el 75% de todas las muertes en el mundo, y que el
71% de las muertes por enfermedad coronaria, 75% por enfermedad
cerebrovascular y 70% de las muertes por diabetes se producirán en
los países en desarrollo. Argentina pertenece a la zona de América
con mortalidad intermedia, donde los principales FR registrados fueron la presión arterial elevada, el índice de masa corporal elevado, el
alcohol y el tabaco.