Método de inicio para la alimentación complementaria en familia de AMBA
Resumen
Introducción: Este estudio se enfoca en las prácticas de las familias en AMBA con respecto a la alimentación complementaria y busca entender sus elecciones y experiencias en este proceso, y el modo en que se realiza esta práctica es fundamental para establecer hábitos alimentarios saludables. Se comparan los métodos para realizar AC y se contrapone el método tradicional dirigido por los padres con el BLW que otorga autonomía al niño. Objetivo: Describir los conocimientos que tienen las familias del AMBA sobre alimentación complementaria y el método BLW, y el modo que eligen las familias para iniciar dicho proceso con sus hijos. Metodología: Estudio observacional, de enfoque cuantitativo de alcance descriptivo, prospectivo, de corte transversal. Se aplicó una encuesta autoadministrada, contestada por las madres, padres y/o cuidadores de los niños/as, difundida a través de redes sociales, con consentimiento previo. Resultados: Gran parte de la muestra recibió orientación sobre AC y lo hizo a través de su médico pediatra. La definición de AC y la edad de inicio es conocida por la mayoría de los encuestados/as. Aún así, sólo el 70% de los casos, siguió dicha recomendación. Sólo el 12,3% conoce que la finalización de la AC es a los 24 meses. La mitad de la muestra conoce que la frecuencia de consumo recomendada para iniciar AC es una vez al día. El 22.8% indicó ofrecer alimentos hasta que el niño/a se encuentre satisfecho y el 38,6% comentó directamente, no saber la cantidad adecuada. Poco más de la mitad de los encuestados coinciden en que deben comenzar la AC con frutas, vegetales, carnes, huevo, cereales y legumbres de forma progresiva y así respectivamente fueron ofrecidos a los niños/as. La mayoría coincidió en que permitir al niño/a comer solo/a y experimentar diversas combinaciones y sabores es lo mejor, también reconocen la importancia de la AC para un adecuado aumento de peso y estatura. Si bien el 70% de los participantes afirmó estar familiarizado con el método BLW, menos de la mitad del grupo lo puso en práctica. Mayormente, combinaron este enfoque con el método tradicional. El 63% presentó los alimentos de forma separada individualmente y tenían una consistencia de papilla o puré en un 61%, sólo el 39% los presentó en forma de trozos blandos. La mayoría de las situaciones involucran a la familia en su conjunto como acompañantes y responsables de la AC. El 75% describió la experiencia como agradable independientemente del método elegido. Conclusiones: Si bien las familias reciben orientación médica sobre AC, hace falta mayor seguimiento e información actualizada sobre las formas de implementar y beneficios de los distintos métodos de alimentación. Se destaca la importancia de la comensalidad, la colaboración familiar y la responsabilidad conjunta para que la experiencia siga siendo agradable ante cualquier método que se practique. Se reconoce la necesidad de investigaciones adicionales.